domingo, 10 de enero de 2010

El por qué de 'El Miedo en Tiempos de Lluvia'

Este espectáculo está compuesto por algunas escenas de "Terror y Miserias del Tercer Reich", de Bertolt Brecht. Pero la escena que realmente lo estructura y justifica es "EL SOPLÓN". En ella los adultos, acorralados por el miedo, convierten a un niño de tan solo nueve años en el principal responsable de su drama.
El miedo, los argentinos lo sabemos, es un sentimiento gelatinoso que repta solapado abriéndose camino en medio de las entrañas; manoseando al ser humano en su más profunda intimidad; colocándolo en tal estado de indefensión, que pueden aflorar en él sus peores cualidades. Por eso, en una sociedad enferma de miedo, la desconfianza se escribe con mayúsculas y ocupa, inescrupulosa, el lugar de la solidaridad. Así, cuando toda la atención está puesta en espiar al prójimo sospechándolo delator, se hace imposible proyectar la mirada hacia adelante e imaginar, solidarios, un futuro común.
Una sociedad acosada, acorralada, acribillada con informaciones apocalípticas que tienen por función principalísima infiltrar el miedo en sus entrañas, es víctima de sus peores cualidades y se muestra "a punto"; lista para ser arriada a cualquier destino. Sólo así se explica que los adultos, después de haber ignorado de manera pertinaz a sus niños y a sus jóvenes, que es decir a su futuro, los señalen sospechosos, y terminen convirtiéndolos en los principales culpables de los males que no supieron resolver, clamando por cárcel para ellos.
Entonces, lo primero que debería hacer esa sociedad, es preguntarse quiénes la están acosando, acorralando, acribillando; y hacia dónde querrán arriarla, como para necesitarla así, tan " a punto", tan enferma de miedo, que es decir tan indefensa; tan incapaz de mirar hacia adelante para imaginar un futuro común.

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